Un día sentados en la banqueta fuera de la casa, sin más preámbulo que no hacer nada mi padre se sentó junto a mí y comenzó a platicar conmigo:
- Sabes hijo, yo quería ser futbolista,
Sonrió viendo hacia la nada, quizá la plática se debió a que yo acababa de terminar de jugar fútbol con mis vecinos y me había visto.
- ¿Y por que no fuiste futbolista?
- Por elección hijo, fui a la universidad, conocí a tu mamá nos enamoramos, nos casamos, necesitaba un trabajo en lo que arrancábamos nuestra vida, y después el tiempo pasó y era tarde para el fútbol, la vida son elecciones hijo, yo tome las mías y estoy feliz de lo que tengo.
Esa platica para mi fue muy reveladora, nunca antes había visualizado a mi padre como un muchacho con sueños e ilusiones, siempre lo había tenido como aquel señor que trabajaba en una empresa que hacia cosas eléctricas, ahí empecé a entender un poco más a mi padre, a conocer un lado que nunca había visto…
El primer acercamiento
A la mañana siguiente decidí escribirle un correo a Emma, simplemente le repetí que le deseaba lo mejor de lo mejor aprovechando la ocasión de su cumpleaños y le preguntaba si le habían gustado las flores. Posterior a esto, yo revisaba mi correo diariamente con una sonrisa dibujada en mi rostro, buscaba su nombre en mi bandeja de entrada, y aunque no contestó de inmediato mi animo no decaía, de alguna manera sabia que contestaría, la respuesta tardo tres días, pero cuando llego, ilumino mi vida, me contestaba que si le habían gustado mucho las flores, y que la fiesta le había parecido maravillosa, y también me agradecía las felicitaciones, además me escribió su número de teléfono celular diciéndome que estaba ahí para lo que necesitara, mi sonrisa era imborrable.
Una de tantas noches, mis compañeros de oficina y yo habíamos salido a un bar, ya estábamos un poco tomados así que decidimos regresar a nuestras casas, era un poco tarde pasaba de la media noche yo iba camino a casa cuando decidí mandarle un mensaje, ya que sabía que ella acostumbra irse a dormir hasta muy avanzada la noche:
Un saludo para una mujer admirable que además de inteligente es muy bella.
Aunque lo deseaba con todas mis fuerzas, me sorprendió recibir respuesta:
* Gracias por tu mensaje que haces despierto tan tarde?
* Salí a tomar una cerveza con mis compañeros de la oficina y tu que haces?
* Estoy trabajando, haciendo una presentación para un proyecto…
* Que trabajadora, ya deberías irte a descansar…
* Esto de los mensajes por celular es caro…
* Te voy a llamar para que sea más barato…
La conversación siguió, hablamos de todo un poco, yo me empeñaba en mostrar mi mejor faceta, recuerdo que tuve que recargar mi celular e incluso comprar más crédito mientras hablábamos a esas horas no fue cosa tan fácil, y la desesperación de creer terminado mi contacto con ella era difícil de sobrellevar, al final nos despedimos deseándonos buenas noches, yo no pude dormir pensándola…
19 mar 2009
Y ahi estaba ella (Cap.4)
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