17 mar 2009

Y ahi estaba ella (Cap. 3)

Lo que yo quería saber exactamente era porque mi papá era como era, que lo movía a poner esas barreras porque no hablaba por que no nos permitía acercarnos. Esa mañana me levante temprano, me puse mi traje después de bañarme y lo espere sentado en la sala, de hecho no espere mucho, salió de su cuarto con el portafolios de siempre, tomo las llaves del auto, y con un movimiento de cabeza me indico la salida.

Tardamos cerca de 40 minutos en llegar a las instalaciones de su trabajo, era una empresa que se dedicaba a hacer cosas eléctricas, o eso era lo que yo entendía, al llegar las personas ahí me miraban como si nunca antes hubieran visto un niño, alguna secretaria con olor a perfume y torta de jamón me pellizcó las mejillas, y comento que era igualito a mi padre, ambos apresuramos el paso a la oficina de papá, al entrar en ella lo sentí, el ahí era el rey, eran sus dominios, había un escritorio grande, arteros de papeles, un teléfono, y una taza de café aun sin café, algunos archiveros y al tomar su asiento, mi padre empezó a explicarme lo que hacia, me mostraba papeles de los cuales no entendía ni la mitad de su contenido, aunque yo asentía con cara de conocedor, le hice un par de preguntas, y el respondió con gesto de maestro, y sonrió, este seria un gran día, el tiempo avanzaba y el cada vez se veía mejor, a mi me parecía que tenia un gran trabajo, telefoneaba, firmaba, recibía personas, revisaba algunos documentos, y tomaba café, pero a medio día las cosas se complicaban, empezó a llegar demasiada documentación, gente se agolpaba en su puerta, preguntando y diciendo cosas ininteligibles, el teléfono no paraba de sonar, yo solo observaba pero veía la cara de mi padre, como poco a poco el gran ritmo con el que inicio se hacia pedazos, y terminaba volviéndolo loco para las 4 de la tarde.

Al regresar a casa, no cruzamos palabra en todo el camino, entendí gran parte de la frustración de hacer las cosas así todos los días, la necesidad de paz y tranquilidad que mi padre experimentaba y por ese día al llegar a casa, yo también quería silencio, solo silencio.

El cumpleaños

Hubo algunos proyectos más con esa desarrolladora, a veces trabajaba yo con ellos, a veces otras personas, pero el contacto estaba ahí, y Mónica se hizo una gran amiga mía, de hecho a raíz de aquella cena también me fue posible establecer un par de platicas con Emma, algún tiempo después, y así un buen día Mónica me anunció que se acercaba la fecha de cumpleaños de Emma, y que si quería podría asistir, claro que iría.

Era un sábado en la tarde, todo el evento era organizado por Mónica, y era una fiesta sorpresa, yo me presente junto con otros compañeros de la oficina, me vestí casual pero buscando impresionar, me moría de ganas de darle a Emma un gran abrazo de cumpleaños, le compre un ramo de tulipanes, que son su flor favorita, después de un rato en el lugar de la fiesta, llego Emma, Mónica la llevaba de la mano ya que tenia los ojos vendados, todos guardamos silencio, y cuando estuvo al centro del salón, Mónica le destapo los ojos y todos empezamos a cantar las mañanitas, fue un gran momento verla sonreír, sentirla feliz, yo llevaba mi cámara, sobra decir que tome todas las fotos que pude, luego de saludar y ser felicitada por su familia, cuando Emma tuvo un momento, me acerque para darle mis felicitaciones y darle un abrazo, le di el ramo de flores y ella respondió con una sonrisa que me lleno el corazón de emoción, al fin la había abrazado, mis piernas temblaban, regrese a mi mesa antes de desmayarme, la fiesta transcurrió como cualquier fiesta, en algún momento baile un poco con Emma, y al otro día busque a Mónica para contarle todas las emociones que había vivido la tarde anterior en esa fiesta.

- Sentir su aroma su cercanía, es indescriptible Mónica....
- Hay que bárbaro de verdad te gusta ¿no es así?...
- Sabes que si amiga....
- Un día deberías decirle lo que sientes....
- Si tal vez un día lo haga...
- Mira este es su correo, escríbele...


En mi mente evocaba una y otra vez el momento en que la pude abrazar, fue un instante inolvidable.

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