23 mar 2009

Y ahi estaba ella (Cap. 5)

Uno de tantos días, mi madre nos llevo a la feria de la ciudad, era un evento que se realizaba año con año, yo me empecine en que me compraran una pequeña pistola que tronaba al jalar del gatillo, después de mucho rogar a mi muy sutil manera, por que hay que ver que yo no hacia berrinches nunca, mi madre accedió a comprarme la dichosa pistola, la cual fue mi adoración las siguientes dos horas.

Más tarde al regresar a casa, escuche el sonido del motor del auto de papá yo por puro instinto de jugar con el me escondí detrás de la puerta, cuando el abrió yo salte al lado suyo tronando la pistola, su reacción no fue la que yo esperaba, volteo medio asustado, y me gritones que dejara eso, que esos juguetes no eran buenos, yo asentí bastante desconcertado y no pude evitar llorar, yo esperaba que el jugara conmigo y resulte regañado, subí a mi cuarto, escuche que mis padres hablaban, me pareció que mi madre le explicaba mis intensiones a papá, momentos después mi papá entraba en mi habitación me acaricio la cabeza y me pidió perdón me dijo que venia cansado y lo asuste y por eso reacciono así, yo solo asentí ya que aun no podía hablar por que había llorado, se levanto y me dijo:

- Ya baja a cenar ándale

Antes de bajar aplaste la pistola con un martillo y la tire a la basura…

La cita

Emma y yo teníamos algunos días platicando por teléfono y todo era muy padre, porque nos contábamos cosas, y nos sugeríamos soluciones, una de tantas noches decidí enviarle un mensaje:

* Que te parece si salimos a tomar una cerveza?

Al enviar el mensaje una parte de mi quizo retractarse, la posibilidad de una negación me puso frenético unos momentos…

* OK pero tiene que ser este fin de semana porque el próximo voy a estar en México
* Muy bien mañana te llamo para decirte a que hora paso por ti…

Eran las 7.30 y yo estaba listo para mi cita de las nueve con Emma, estaba impaciente, sentado en mi sillón, tomaba agua, creo que tome como 4 litros, prendía y apagaba el televisor, daba vueltas alrededor de la sala, y así mate el tiempo y la paciencia de mamá cuando faltaban 20 minutos para las nueve, que fue la hora en que salí de casa para ir a la de ella.

Cuando estaba por llegar sentía tantas mariposas en el estomago que creí que volarían si abría la boca, baje de mi coche y mis rodillas temblaban tanto que podría asegurar que se escuchaba un tintinear, cuando ella me abrió la puerta vi a la mujer más hermosa que haya visto jamás, llevaba un pantalón de mezclilla, una blusa negra y una chamarra de cuero negra, se veía divina, en ese momento me enamore un poquito más, ella vio mi cara y fue evidente mi sorpresa, no atine a decir nada, ella rompió el hielo con su hermosa sonrisa:

- Nos vamos?

Yo asentí, le abrí la puerta del coche, me subí, lo encendí y me dirigí a un bar en una noche que nunca olvidare….

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