Y ahí estaba ella, parada en el umbral de la puerta, solo podía ver su silueta pero no hace falta ver más, se bien quien es ella, yo notaba su ropa ligera, sus caderas, su figura, decía cosas con voz queda, casi imperceptible, sabia la intención que tenían sus palabras; ella suelta los brazos, lentamente, baja un poco los hombros despacio, provocándome, adelanta una pierna, en mi mente inicia una melodía sensual que anuncia lo que sucederá, la otra pierna se mueve al frente, avanza, empieza a caminar hacia mi, en una pequeña distancia que al momento parece interminable, se encarga de hacer que el momento de acercarse nunca se borre de mi recuerdo mientras viva, ya a escasos centímetros de mi, lentamente, con suavidad, estira su brazo, como tratando de tocarme, percibo su aroma que penetra en mis sentidos y me pide dejar de respirar para contenerlo dentro de mi, su mano suave esta a punto de tocarme yo sonrío por dentro y me preparo para experimentar el calor de su cuerpo ya prácticamente sobre mi, de repente reacciono, despierto, estoy en mi oficina, pero me gusta evocar todo esto que me ha pasado junto a ella...
- ¿Mamá en que trabaja mi papá?
- ¡Ya lo sabes! trabaja en su oficina
- ¡Si! Pero ¿que hace en esa oficina?
- ¡Ya lo sabes! Fabrican esas cosas eléctricas...
- Si pero mi papá no hace esas cosas eléctricas ¿o si? Específicamente ¿qué hace?
- Creo que eso deberías preguntárselo a el...
Efectivamente eso debería preguntárselo a el, pero no me atrevía, mis preguntas tenían un sentido, quería conocerlo, quería saber quien era y que hacia esa persona que llegaba por las tardes a mi casa y todos sabíamos que era la ley en casa, de algún modo había una barrera invisible entre el y nosotros, y esa barrera no me permitía acercarme, conocerlo, entenderlo.
Mi padre parecía tener un acuerdo no escrito con la familia, se partía el lomo materialmente, nos mantenía y veía que nada faltara en la casa, pagaba las cuentas y nos proveía de lo necesario, después de eso, lo único que pedía a cambio era llegar a casa y tener paz y tranquilidad, una cuestión que el interpretaba a su muy particular forma de ver la vida, como sentarse en un sillón, encender la televisión y guardar silencio, solo silencio...
Era una mañana tranquila y común en mi trabajo de oficina, o eso creía yo, una de tantas personas con las que convivimos por nuestro trabajo se presento esa mañana, no hablaría conmigo por esta vez.
- Buenos días, estoy buscando al Director General, tengo una cita con el...
- Buenos días de parte de quien?...
- Emma López, vengo de Desarrolladora URTEC...
- Un momento, si gusta, tome asiento por favor...
Ella se sentó a esperar y yo la vi desde mi cubículo, ella no me notó, aun no sabia que estaba yo en este mundo, pero yo si noté sus manos, su figura y esa sonrisa que me atrapó desde el primer momento. Mi jefe la recibió en su despacho hicieron su negociación y ella se marchó.
La semana avanzó sin mayor novedad, persiguiendo el sol a la luna como lo viene haciendo desde siempre, yo trabajando y viviendo la vida lo mejor posible, una vida tranquila, cuando llego el viernes tuvimos en la oficina la reunión semanal, se mencionaron algunos proyectos, avances y las cosas que se ven en este tipo de reuniones, de repente el jefe mencionó a la Desarrolladora URTEC, y mi atención se volcó a eso.
- Nos van a estar asesorando en el proyecto que habíamos hablado sobre digitalización de servicios...
En ese momento el jefe me volteó a ver, entre mis funciones esta la coordinación de proyectos relacionados con la informática, era claro que yo trabajaría con esa Desarrolladora, yo trabajaría con ella, sonreí un poco, arriba alguien me quiere mucho.
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