30 jun 2008

El sueño (capítulo 4)

Marcos aun no sabia por que, pero intervino, pensaba que quizá se estaba volviendo senil, sabe que no debe meterse en lo que no le incumbe pero hace dos noches fue diferente, algo raro había en ese callejón, una circunstancia que lo obligo a actuar, la misma circunstancia que hoy lo tiene en este supermercado comprando provisiones para dos, hace mucho que no hace esto, pierde el tiempo estúpidamente comparando dos latas de chícharos y al final no llevo ninguna, por que no tiene donde prepararlos, la gente que está ahí lo ve raro, pero a Marcos no le importa nunca me ha importado, llega a la caja con varios paquetes de comida instantánea, pan, leche y chocolates, paga y se marcha.

Ya en su cuarto de hotel, Marcos abre una botella de leche y saca dos piezas de pan, enjuaga el vaso del vodka con agua del grifo, llena de leche el vaso y se lo extiende a Laura junto con una pieza de pan

- Es todo lo que puedo ofrecerte –

- Gracias! es suficiente aunque un poco de vodka tambien me vendría bien – dice Laura viéndolo a los ojos, ambos sonríen levemente.

Marcos pone los periódicos en la mesa y se sienta en la única silla del cuarto, bebe directo de la botella el resto de la leche, la observa comer en silencio, ella come despacio pero sin detenerse con la vista baja, cuando termina le extiende el vaso vacío a Marcos

- Gracias! –

- De nada, alguien en tu estado debe comer, no es mucho pero ya veré la manera de conseguir un poco más –

- No, quiero decir, gracias por esto, pero también por salvarme de morir anoche...

- Cuéntame que sucede –

Laura le contó que hace tres años ella llego a la ciudad, para buscar trabajo, pero como no tiene estudios no estaba logrando nada, todos le pedían referencias o experiencia hasta para las tareas más sencillas, estaba desesperada, dejo a sus padre en su pueblo natal, su madre padece diabetes, y por eso necesitaba con mayor urgencia el dinero, cuando nadie quería tenderle la mano, llego a lo que parecía un restaurante, entro y luego de hablar con algunos meseros que la hicieron esperar un rato, le indicaron que pasara al despacho del jefe, ahí conoció al jefe, Antonio Pinto, quien pretendía ser un hombre bueno, aunque el instinto de Laura enseguida le avisó que no lo era, pero necesitaba el dinero y decidió quedarse a trabajar ahí, le asignaron un puesto donde hacia las veces de hostess, bajo la promesa de que pronto mejoraría su salario y su situación en la empresa si “demostraba aptitudes”.

Al cabo de un par de meses, cuando la experiencia laboral ya era razonable, según palabras del jefe de meseros, le pidieron que acompañara durante la cena a un tipo gordo y sudoroso, el trabajo ahora consistía en ser acompañante de gente rica, ser el adorno de la mesa que hacia que la gente se viera bien, sonreír y parecer contenta con la compañía.

- Poco a poco, de forma muy manipuladora me fueron hundiendo en su sucio negocio que como ya sabrás por mi historia, es la prostitución, de cuando en cuando me drogan para generarme la adicción, de hecho ahora soy adicta aunque lucho bastante con esto, a veces no tengo más remedio que pedirle a la gente de Antonio cocaína para no sentirme tan enferma, lo extraño es que realmente sucede muy pocas veces, lo que más me preocupa es mi hijo, tiene año y medio, apenas me dejan verlo, lo cuida una niñera contratada por Antonio, por que el le tiene mucho cariño, pero yo no soporto esta situación, escapé con la esperanza de ir a la policía y contarles todo, así lo hice pero solo se burlaron de mi, parte de la policía trabaja para la organización de Antonio, así que ya no supe que más hacer, hasta que los hombres de Antonio me encontraron, solo les tomo dos días, no sé que me hizo pensar que podría escapar.

La mirada de Laura se perdió y algunas lágrimas empezaron a salir.

- Así que lo que vi hace dos noches fue tu intento de dar tu renuncia –

- Tenía dos días que había escapado, pero los hombres de Antonio me encontraron, me dijeron que regresaría, por las buenas o por las malas, que debo demasiado dinero a la organización en cocaína, y en “cuidados” que ellos me proporcionan, además dicen que se demasiado, pero me resulta extraño que no me mataran, solo me golpeaban y no creo que realmente me hayan querido matar...

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