- Dame también una barra de chocolate “Delicious”
- Son $43.95 en total
Diana pago con un billete de $50 pesos mientras un niño metía las compras en una bolsa de plástico, a Diana no le gustaban esas bolsas por que invariablemente se rompían pero ir a otra tienda la desviaba un largo trecho y siempre al salir de trabajar estaba muy cansada como para desviarse así que prefería sufrir un poco con las bolsas.
Salió de la tienda y engulló el chocolate rápidamente, desencadeno su vieja bicicleta de montaña en el estacionamiento del supermercado, y haciendo malabares con las bolsas y su cansancio emprendió el camino de 10 minutos a su casa.
Diana vivía a 20 minutos del centro del pueblo, ahí trabajaba de mesera en un restaurante en los turnos que se fueran requiriendo, la paga no era muy buena, pero el dueño del negocio, don Jesús era un buen patrón, le permitía llevarse la comida que sobraba y le tenia ciertas consideraciones, había una relación un tanto paternal de don Jesús para con Diana. Ella empezó a trabajar en aquel restaurante hace ya 6 años, un año después de que naciera Paula, la hija de Diana, no le gustaba dejar a la niña al cuidado de su madre pero la situación sin un hombre en la casa no daba espacio para hacer mucho más, además Diana gustaba de pensar que las cosas pronto cambiarían para bien en todos sentidos y esa es la esperanza que hasta ahora hace a Diana levantarse todos los días con una sonrisa.
- Paula, mamá ya vine!!!!
- Estamos arriba Diana!!!
Diana subió las escaleras después de dejar las bolsas en la mesa, su casa era pequeña y sencilla como todos sus muebles pero siempre estaba limpio y tenia un calor que hacia sentir a quien los visitaba muy cómodo.
Diana notó todas las luces apagadas y sonrió, continuamente la abuela y la niña se escondian de Diana, era un juego clásico entre ellas, las busco en un par de lugares y luego dio con ellas mientras se agachaba para ver bajo la cama, y las tres gritaron de emoción.
- Mami!!!!
Paula le dio un caluroso abrazo de bienvenida a Diana
- ¿Como se porto hoy señorita?
- Bien
- No quiso comerse las verduras
Diana miro fijo a Paula y ella sonrió
- Estaban mal cocidas mamá!!!
Hubo risas, debido a que una niña de 7 años siempre tendrá un buen pretexto para no comerse su ración de verduras, despues de un poco de plática luego de la cena Diana dejo a Paula en su cama dormida, ya era un poco tarde, beso su frente, y al salir y cerrar la puerta de su cuarto se limpio una lágrima que de sus ojos escapo.
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