7 nov 2007

La última vez que vi su rostro (Capítulo 6)

Al terminar la cena pasamos a la sala, uno de los tíos encendió la chimenea, y luego hubo un intercambio de regalos, era muy agradable ver como se intercambiaban los obsequios y las caras de alegría al recibir cosas unos de otros, ya casi para terminar Janet que ya había dado sus regalos y recibido los propios, se volvió a levantar y dijo, a mi me tocó regalarle a Andrés, me sorprendió, y extendiéndome una caja envuelta en un papel rojo, me hizo levantarme para recibirlo, agradecí con un abrazo y una sonrisa de real sorpresa, cuando Janet se iba a volver a su lugar, aproveche y dije, a mi me tocó regalarle a Janet! Ella volteó más sorprendida que yo, de mi bolsa saque el envoltorio que había hecho con la pulsera que le compre, ella me abrazo y abrió su regalo de inmediato, su cara me demostró que si le gusto su regalo, algunas tías que estaban al lado suyo la tomaban de la muñeca para ver que le había regalo, y fue así como sin proponérmelo, yo también participe en el intercambio, comimos juntos, nos desvelamos y amanecimos juntos, fue maravilloso, cada cosa que nos pasaba nos unía más, platicábamos mucho y la pasábamos muy bien, indudablemente yo cada vez la quería más.

Las fiestas terminaban y la casa aquella comenzaba a quedarse vacía, esperando la siguiente fiesta de año nuevo para llenarse de vida con la familia nuevamente.
Hicimos lo propio y nos marchamos luego de despedirnos y poner nuestras maletas en el auto, fue hasta que veníamos de regreso que empece a pensar en Salvador y Raúl, en cuanto había disfrutado yo y en como se la habrían pasado ellos, Salvador tenia muy fresco lo de sus papás y Raúl no saldría de la ciudad ese Año Nuevo, pensé en ir a visitarlos en cuanto llegáramos a la ciudad.

La misma tarde que regrese de mi viaje con Janet fui a la casa de Salvador, me recibió el Rocky con sus ladridos acostumbrados, la mamá de Salvador lavaba algunos platos, y Salvador terminaba de limpiar la mesa, - pásale Andrés! Acabamos de comer, ¿como estas? ¿Como te fue de viaje con Janet? – bien, respondí esbozando una sonrisa - aunque yo realmente quería decir que la había pasado de maravilla que ese Año Nuevo nunca lo podría olvidar y que ahora caía en la cuenta que cada vez necesitaba más a Janet pero espere a que la mamá de Salvador nos dejara solos para contarle, cuando estaba platicando mi aventura de la compra de la pulsera de plata llego Raúl, me hicieron empezar de nuevo con toda la historia y cuando termine Raúl me dio un ligero golpe en el brazo diciendo: - ¿y luego Andrés? ¿Janet ya es tu novia? – yo sonreí igual que Salvador, admito que lo había pensado un par de veces, pero mi naturaleza insegura me había dicho que no era posible que alguien como ella se enamorara de alguien como yo, las únicas dos veces que había pretendido a una muchacha yo terminaba lastimado por una negativa y no quería pasar por eso de nuevo, pero al preguntarlo Raúl pensé que quizás no era mi imaginación y quizás si le interesaba a Janet dar un paso más, no quise entrar mucho en detalles y les respondí que no era mi novia y que si con el tiempo algo se daba ellos serian los primeros en saberlo.

El tiempo siguió pasando y yo seguía saliendo con Janet, nos la pasábamos muy bien, platicábamos de todo, nos confiábamos cosas, salíamos al cine, a comer, de repente nos enojábamos por detalles, lo mas frecuente era que a mi me preocupaba su forma de manejar que me parecía muy descuidada, yo le pedía que usara el cinturón de seguridad que ella siempre olvidaba ponerse fingiendo estar seriamente enojado, a regañadientes lo usaba solo después de verme un tanto molesto; sin embargo, los pequeños malentendidos eran abrumadoramente opacados por los excelentes momentos juntos, a veces también nos ayudábamos a investigar cosas en la Internet sobre la escuela, nos entendíamos muy bien, una vez que festejábamos el cumpleaños de mi mamá en casa, Janet había asistido y mi hermana la presento como mi novia a unos amigos de la familia, yo me sorprendí un poco, sin embargo ella no hizo mayor cosa y saludo normalmente a los recién llegados, en cierto momento en que Janet y yo estuvimos un poco aislados le pregunte sobre eso que había dicho mi hermana: - ¿Cómo ves a mi hermana con sus comentarios? Jejeje – pues ella piensa que somos novios Andrés, a mi en realidad esos detalles no me importan mucho yo contigo estoy muy a gusto y seamos novios o amigos, o lo que sea estoy feliz de haberte conocido – de repente sin tener aun hoy muy claro como lo hice, me acerque a ella, la tome por la cintura, nos dimos un beso inmensamente tierno y ella me respondió, cuando el beso termino, sin soltarla de la cintura, aun un poquito mareado por todo el suceso, sin saber si la pregunta era obvia o estaba fuera de lugar, le dije: - Janet ¿quieres ser mi novia? – ella sonrió – claro que si Andrés! Claro que si! – y mi vida a partir de ahí giraría en torno a ella.

Una de tantas ocasiones que salimos a un centro comercial, en la zona de maquinas de vídeo juegos, animado por el buen rato que estábamos pasando, le dije: - Tu me has hecho ser mejor hombre cada día, gracias! - y nos dimos un gran beso, ella me sonrío, y tenia una mirada que nunca había visto en ella, como de aprobación y felicidad, eso me hizo ver que era un buen momento, y me inspiro a decirle lo que pensaba, aunque antes ya se lo había dicho pero no de la forma que lo hice ese día, que me sentía muy completo cuando estaba con ella, que los momentos juntos eran inigualables, que al verme en sus ojos me veía contento y realizado, le dije un te amo, con una sinceridad que solo el amor verdadero de un joven de mi edad es capaz de dar, un te amo que englobaba todo lo que sentía dentro y no sabia como decirle por que no existen palabras que expresen exactamente lo que un corazón realmente enamorado a esa edad siente, le dije que nunca me había sentido así con nadie, en ese momento su mirada cambio, aunque su sonrisa estaba ahí todavía, hubo un pequeño momento de silencio, como queriendo entender lo que le dije, supongo que ya lo sabia pero no esperaba que se lo dijera justo ahí, ni de esa manera, me dijo que también estaba muy cómoda conmigo, - Andrés, yo también te quiero mucho – sonreí al sentirme correspondido - y me siento muy feliz de que me hayas dicho esto – sonrió y me abrazo calidamente y nos volvimos a besar, el tiempo no se detiene, y ella tenia que llegar a casa, era algo tarde, fuimos al estacionamiento a buscar su coche abrazados, se recargo en mi hombro y me dijo que también me quería muchísimo; ese día yo no tenia coche, mi papá lo había utilizado en su trabajo, lo cual era frecuente, ella estaba ya acostumbrada a esta situación y me llevo a casa y ahí me despedí de ella, cuando llegamos a mi casa, antes de bajar del auto, me dio un beso que me hizo sentir el hombre mas feliz del mundo, entonces, se despidió con esa sonrisa de complicidad que ya habíamos hecho tan típica entre nosotros, y esa, seria la ultima vez que hablaría con ella.

Era muy temprano en la mañana yo aun dormía, pero el teléfono empezó a sonar y no parecía querer dejar de hacerlo, cuando logre despertar y levantarme para contestar, algo dentro de mi me hizo pensar que a esas horas solo podían ser malas noticias, descolgué y sin tener oportunidad de hablar mas allá de un "bueno?", una voz del otro lado de la línea me decía que fuera pronto al hospital, reconocí entonces la voz de la mamá de Janet, diciendo que había tenido un accidente muy grave en su coche, un intenso frío recorrió todo mi cuerpo, como si mi alma abandonara mi cuerpo, las siguientes palabras que su madre me dijo, se volvieron ininteligibles, ya no tenia mi atención completa, mi mente ya estaba en el hospital, ni siquiera recuerdo como termino la conversación telefónica, convertido en un zombi, me fui al hospital en un taxi con la primera ropa que encontré, todo lo que recuerdo de esos momentos son fracciones de las cosas que hice para llegar con Janet, bajar corriendo las escaleras, avisar a mi mamá que iba al hospital, que Janet estaba grave, un grito a lo lejos de mamá - ¡pero como! – un taxi que se detenía para llevarme, un montón de especulaciones dando vueltas en mi cabeza, preguntándome que había pasado, al llegar al hospital, busque a su mamá de un modo desesperado, la encontré junto al padre de Janet, con el rostro mas triste que pude conocerle a nadie jamás, con la cabeza baja, cuando sintió que me acercaba, se levanto de su silla y con la voz entrecortada me dijo: - te llame porque pidió verte, pero... no resistió, acaba de fallecer, lo siento- y se hecho a llorar, su esposo la abrazo como queriendo consolarla de algo que también lo tenia inconsolable a él, yo no supe que hacer, me quede helado, solo atine a sentarme queriendo tontamente asimilar en un momento, algo que nunca podré asimilar en toda mi vida.

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