31 oct 2007

La última vez que vi su rostro (Capítulo 3)

Las vacaciones continuaron, así que volví a la vieja rutina de levantarme tarde, ver televisión, no hacer gran cosa, ayudar en las tareas de la casa y de repente recibir llamadas de Salvador diciéndome que todo estaba bien, ambos sabíamos que no era del todo cierto, que llamaba para buscar apoyo y yo se lo daba como podía, también visitaba a Raúl y le ayudaba a veces con sus trabajos, estaba mejorando, a veces interrumpía sus cálculos para decirme, Salvador se la esta pasando de pelos en México y yo acá estudiando, yo asentía sin contestar nada, en realidad, me daban ganas de decirle que Salvador estaba viviendo su propio infierno, pero yo había prometido no contar esto a nadie y esperar que él se lo contara cuando regresara.

Una tarde, viendo la televisión me aburrí de que no hubiera nada bueno, sabia que Raúl estaría estudiando así que decidí dar una vuelta en el coche de mi papá para despejarme un poco, no quería pensar en todos los problemas de mis amigos, en lo que estaba pasando en sus vidas y en sus mentes, el carro no era nada extraordinario, un Golf modelo noventa y cuatro que estaba en buenas condiciones aunque con algunas abolladuras por el uso natural que un padre de familia le da para transportarse a su trabajo, sumado, a que en ese carro aprendí a manejar y servia para ir por los mandados de mi madre, aunque la distancia me permitiera ir caminando, y también para llevar o traer a mi hermana a la secundaria, yo le tenia mucho aprecio a ese coche.

Ese día, buscaba que el aire fresco aclarara mi mente cansada de darle vueltas a todo, Raúl, con sus problemas escolares, Salvador con lo del divorcio de sus padres, y yo que sentía a veces que no tenia una vida propia, salí para no pensar en eso, pero mas de una vez, me sorprendí a mi mismo, cuando los coches detrás de mi pitaban por que el semáforo ya estaba en verde y yo por estar pensando en mis cosas, no lo notaba.

Cuando tenia cerca de una hora paseando, la gasolina estaba por terminarse y yo comenzaba a aburrirme, entonces decidí regresar a casa, en el camino, encontré un coche orillado descompuesto, tenia el cofre abierto y las intermitentes encendidas, baje la velocidad, cuando veo algo así, la curiosidad me hace buscar instintivamente que paso, si conozco al que esta en apuros, etc., aunque rara vez hago algo, al volante estaba una chica, y desde el interior de su auto y aunque fue solo un momento, creí ver, que ella me sonreía, entonces, todavía no se muy bien por que, yo me orille, detuve mi carro y aun con cierta desconfianza, por la hora y la falta de costumbre me acerque y ella bajo la ventanilla, al tiempo que le pregunte si podía ayudarla, visiblemente extrañada y tratando supongo, de reconocerme, me dijo que su coche se había quedado sin batería, que no tenia cables pasa corriente, ya de cerca, me pareció una chica hermosa, de tez blanca, y rasgos finos, con una linda mirada y una bonita cabellera corta hasta los hombros, sonreí y le dije que yo traía unos cables, que yo le ayudaría, entonces saque los cables de la cajuela de mi coche y le pase corriente, me alegre de que la falla mecánica solo fuera falta de corriente, ahora que lo pienso bien, no se que hubiera hecho si hubiera sido algo más complejo, no se casi nada de mecánica.

Comenzaba a llover, guarde los cables en mi portaequipaje, y cuando me disponía a despedirme ella me dio las gracias y yo aproveche para presentarme, después de todo no seria una noche del todo mala, pensé, - Por cierto, me llamo Andrés, vivo en la colonia que esta aquí adelante, ¿y tu? - me dijo su nombre, Janet, era un nombre muy bonito, al menos eso me pareció, me contó que ella vivía del otro lado de la cuidad, pero venia de estar con una amiga haciendo un trabajo escolar que tenia que entregar con ella, y que ambas estudiaban administración de empresas en una universidad de paga, volvió a darme las gracias y yo asentí según yo para decir “de nada”, sentí que aquella mujer se me iba y por alguna razón no me gusto esa sensación, así que le pregunte: - ¿te volveré a ver? – sonrió y mientras escribía algo en un papel que me entrego, me dijo: - este es mi celular, me caíste muy bien - y al tiempo que se metía en su coche, nos despedimos con una sonrisa de complicidad que recordare toda mi vida.

Ella se alejo y yo corrí a mi coche porque la lluvia comenzaba a arreciar.

Esa noche llegue a mi casa como tratando de acomodar todas mis ideas, sobre Janet y lo que me había pasado ese día con ella, quería creer que fue el destino, pero otra parte de mi, decía que solo fue algo que paso por obra de la casualidad, también, mi imaginación comenzó a volar, ya que me imaginaba con ella y pensaba en todas las posibilidades de cosas para hacer junto con ella, aunque tenia un gran miedo de no volver a verla, esa noche, tarde mucho mas tiempo que el acostumbrado para quedarme dormido, pensando, solo pensando en esa mirada y en cual habría sido la razón de que yo hubiera decidido detenerme precisamente para ayudarla a ella, en muchas ocasiones había visto autos detenidos, incluso con alguna chica pero yo nunca me detenía, pero ese día lo hice y trataba de razonar el porque, casualidad? Destino? No lo sé, solo sabia que me daba mucho gusto haberlo hecho.

Al día siguiente, como era de esperarse, estaba todo desvelado, porque casi no había dormido, el desayuno que preparo mamá no me gustaba, huevos con jamón, y para rematar, al terminar el desayuno, cuando pensaba regresar a la cama para recuperarme, mi papá me pidió que lavara el carro porque se había llenado bastante de lodo por la lluvia del día anterior, - lo dejaste todo mugroso! - Me dijo - Solo a ti se te ocurre sacarlo con este clima y de noche, que tal si te pasa algo! - yo solo asentía para no provocar una discusión, me daban ganas de aclararle que cuando me fui no estaba lloviendo, que cuando había salido no era aun tan tarde, etc., pero no tenia ganas de empezar una discusión que no pudiera terminar, así que me puse a lavar el carro; en eso estaba cuando el teléfono sonó, lance el trapo a la cubeta sin atinarle y me apresure a entrar a la casa para contestar, después del cuarto timbrazo llegue y descolgué, era Salvador, en ese momento caí en la cuenta que ese día ni siquiera me había acordado de el con la emoción del día anterior, - ¿que paso Salvador? ¿Cómo estas? - Bien - me dijo - tu que onda ¿como esta todo por allá? - bien todo sigue igual ya sabes - le dije - bueno, lo que pasa es que te llamo para avisarte que ya mis papás están oficialmente separados - hubo una pausa bastante incomoda a mi parecer, yo no sabia exactamente que decir, sabia que el tramite del divorcio estaba en marcha, pero siempre existe la idea de una reconciliación o que algo mágico ocurra, algo que desgraciadamente, esta vez no sucedió, el continuo - fue lo mejor, ya no los aguantaba, aunque ahora tengo algo de miedo, no se que pase con ellos y conmigo, en fin, yo creo que el Sábado o Domingo llego por allá - asentí como si me pudiera ver y luego dije que si, que no se preocupara que para lo que fuera aquí estaba yo para apoyarlo, me dio las gracias se despidió y colgamos.

El Domingo cuando Salvador regreso lo vi extrañamente calmado, es decir, sabia que lo estaba tomando bien pero la separación ya era oficial y lo esperaba mas abatido, esa noche salimos a tomar un café junto con Raúl, ahí, Salvador nos contó a los dos con lujo de detalle lo que le había pasado en México y desde donde venia el problema de sus padres, Raúl y yo, ya sabíamos de muchas discusiones que los papás de Salvador habían tenido, el siempre nos las contaba porque se desahogaba con nosotros, a ratos el parecía querer llorar pero a veces también se animaba el solo, fue una noche de sentimientos a flor de piel, Raúl estaba impresionado de la noticia de la separación el no tenia ni idea, yo hice el papel del que no sabia nada tampoco, Raúl se mostró comprensivo como pocas veces y al igual que yo le ofreció su apoyo incondicional a Salvador para lo que fuera, aunque todos sabíamos que no era necesario mencionarlo, en realidad yo también tenia ganas de contarles lo que me había pasado con Janet, pero no lo creí oportuno, decidí dejarlo para otra ocasión, el tiempo de esa noche de café, se termino y cada quien se fue a su casa con sus pensamientos.

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