Analizamos cómo ha cambiado la forma en la que los caballeros se ganan las atenciones de las damas.
No sabemos si fue después de la revolución sexual que todos se alocaron y entonces las mujeres se volvieron independientes, hicieron valer sus opiniones, externaron su poder de decisión y empezaron a usar pantalones y pastillas anticonceptivas y algunos hombres interpretaron esto como una reacción feminista y altanera. Y entonces todo cambió.
Hoy nos preguntamos: ¿dónde quedó el romance?, ¿dónde el cortejo?, ¿dónde la forma en la que ellos tratan a la mujer que desean? Esto es lo que ha pasado con el tiempo (aunque parezcamos abuelita).
Antes: Los hombres le hablaban a las mujeres de usted.
Ahora: Les hablan de "guey".
Antes: El galán pasaba por ellas a su casa en carroza.
Ahora: El galán manda un taxi por ti, si bien te va. O aplican el "Nos vemos ahí, ¿no?". Incluso te avientan el "Vente para mi casa".
Antes: Enviaban cartas amorosas con una perfecta caligrafía.
Ahora: Mandan mensajes de texto con un vil "Q ondón?" (así, sólo con la "q"), hay quienes son más marros y lo que hacen es escribirte un wall post en tu perfil de Facebook.
Antes: Para demostrar cariño te daban un delicado beso en la mano mientras se levantaban el sombrero.
Ahora: Ni siquiera te han preguntado tu apellido cuando ya andan manoseándote.
Antes: Al final de la noche te acompañaban a tu casa y te dejaban en la puerta.
Ahora: Tú los tienes que llevar a su casa porque se les pasaron las copas y están en calidad de bultos.
Antes: Te enamoraban con flores y chocolates.
Ahora: Te embriagan con shots y cócteles para que sueltes un poco de acción.
Antes: Se trataban de ganar el respeto de la suegra.
Ahora: Ni siquiera les interesa conocerla.
Antes: El matrimonio era una ceremonia sagrada para formalizar un amor eterno.
Ahora: Te casas con el pleno conocimiento de que puedes divorciarte cuando te des cuenta de que, al final, no funcionó.
Antes: Celebraban al amor e intercambiaban regalos en todo momento.
Ahora: Resulta que se enojan cuando decides hacer algo espontáneo y especial.
Antes: Las mujeres se vestían sutilmente para que los hombres con los que salían no las tacharan de "promiscuas".
Ahora: Si te vistes recatadamente eres mocha, si te vistes atrevida eres zorra. Pfft.
Antes: Te interrogaban para conocer todo de ti y poder impresionarte en las siguientes citas.
Ahora: Tendrás suerte si se acuerdan de tu apodo, y no te dicen tres nombres diferentes en una noche.
Antes: Te hacían cumplidos sobre tus ojos y la manera en la que reflejan la luz de las estrellas.
Ahora: Te echan un piropo vulgar sobre lo sabrosa que te ves cuando usas esos jeans embarraditos.
Antes: Conocías a tu pareja a través de tus papás o conocidos de tu círculo.
Ahora: Buscas pareja a través del Internet.
Antes: Te invitaban a fiestas formales donde todos bailaban vals.
Ahora: Te llevan a perrear un rato.
Antes: Sabían cuál era tu flor predilecta y te enviaban ramos a tu casa.
Ahora: Te preguntan cuál es tu chupe favorito y te retan para ver cuánto aguante tienes.
Antes: El hombre se levantaba de la mesa cuando tú lo hacías.
Ahora: Se queda sentado mientras le dices que vas al baño y se echa un comentario inapropiado sobre si te dio indigestión la comida.
Antes: Admiraban tu bella figura.
Ahora: Te escanean completita, siempre con miradas libidinosas (y mordida de labio incluida).
Antes: El hombre se ofrecía a pagar toda la cita.
Ahora: Se asume que cada quien pagará lo suyo o que la cuenta se dividirá a michas.
Antes: El hombre te pasaba al lado de la pared como gesto de protección.
Ahora: Andan como Pancho Villa (con dos "viejas" a la orilla) y no saben a cuál cederle ese lado.
Antes: Te cedían su asiento en el autobús.
Ahora: Se hacen los dormidos y, "si tienes suerte", el viejo del fondo te guiña el ojo y te invita a sentarte en sus piernas ("con todo respeto").
Antes: Nunca empezaban a comer antes que tú.
Ahora: Tu galán te roba comida de tu plato antes de que lo pruebes.
Antes: Te cedían el paso como acto de caballerosidad (y dicen que hasta ponían su saco en los charcos y todo).
Ahora: Te ceden el paso para verte las nalgas.
Antes: Insistían en invitarte salir hasta que por fin les decías que sí y se esforzaban en perfumarse, usar sus mejores trapos, comprarte flores, llevarte al mejor restaurante y hacer que te la pasaras perfecto.
Ahora: Si se te ocurre negarte (porque tenias un compromiso o estabas enferma), automáticamente dejan de buscarte porque qué flojera que te estás haciendo la difícil.
Antes: Esperaban hasta el matrimonio para consumar la relación.
Ahora: ¿Consumar la relación?, ¿qué es eso? ¿Matrimonio? No, qué horror.
25 de julio de 2011
Por Selene Aparicio